Utiliza el don que todos tenemos

¿Te suena una tal María Dueñas? ¿Violinista?
Esta parece que sí tiene claro lo que quiere.
Esta niña, porque es una niña de 18 años, toca como quiere.
Hace lo que quiere con el violín.
Seguramente fruto de pasarse más de 10 horas al día estudiando desde que tenía 9 o 10 años.
Pero el caso es que a día de hoy es la hostia.
Ya me gustaría a mí tocar así.
Y a ti también, te lo aseguro.
«Claro pero es que esta tía tiene un don»
«Ha nacido para eso»
¿Te suenan esas frases?
Seguro que más de una vez las has oído o incluso las has dicho tú acerca de alguien.
Y es que en cuanto vemos a alguien despuntar de manera precoz, rápidamente nos vienen estas ideas a la cabeza.
Con un diálogo interno que vuelve a llenarnos la cabeza de pensamientos e ideas limitantes.
Como si nosotros no hubiésemos sido bendecidos con esa habilidad tan especial que les ha sido dada a otros.
Puta vida.
Pero no es así.
Mira, te presento a Felix Klieser.
¿Ya lo conocías? ¿No?
Este chico es trompista.
¿Y qué tiene de especial?
¿Otro chico tocado con la varita mágica?
Pues sí y no.
Sí, porque es un grandísimo trompista. Concertista internacional.
No, porque resulta que es el único que toca sin brazos.
Si, vuelve a leer la frase de arriba. Y si no, te la repito: TOCA SIN BRAZOS.
Con los pies.
¿Que cómo se hace eso? Pues ni idea.
Pero tiene que ser jodido porque haciéndolo normal ya es difícil… imagina así.
Y ¿sabes lo mejor de todo?
Pues lo que te decía antes:
– que este tío es concertista internacional
– que tiene Cds grabados y editados con las mejores orquestas del mundo
Que tiene un don. Dirás.
¿Un DON? A ver, QUE LE FALTAN LOS DOS BRAZOS.
A mi no me jodas pero eso de «don» tiene bastante poco.
¿Te imaginas cómo lo tiene que haber pasado en su vida?
¿Imaginas lo que habrá tenido que pelear para poder ni siquiera dar una nota?
¿Quién le sujeta la boquilla?
¿Cómo se le mete a un tío sin brazos que quiere tocar la trompa?
Este tio, ¿tiene un don o se lo ha currado de lo lindo?
Ahora, no solo el tío merece nuestro respeto y admiración.
¿Y sus padres y profesores?
Cuando les llegó y les dijo que quería tocar la trompa:
¿qué crees que pensaron?
¿Cómo reaccionarías tú si es tu hijo en esas condiciones quien te lo pide?
Si.
Me temo que si.
Seguramente le quitarías la idea de la cabeza.
Lo limitarías tú.
Antes de ni siquiera intentarlo.
Pero ¿y para un profesor dar clase a un chaval así?
A mi que me perdonen pero no sé lo que haría en esa situación.
Hay que echarle narices al asunto.
Como digo no solo por parte de él, sino por todos los que le rodean.
Seguramente han pasado por momentos por los que ninguno de nosotros pasaremos nunca.
Porque a los que nosotros pasamos como músicos hay que añadir todos los propios a sus limitaciones.
Pero este chico tenía un sueño.
QUERÍA TOCAR LA TROMPA.
Y vaya si lo ha conseguido.
Así que lucha por tus sueños.
Que nadie te diga lo que puedes o no puedes hacer.
Todos tenemos un DON:
el de poder elegir qué hacer y qué no hacer con nuestra vida.
Aprovecharlo ya depende de cada uno.
Te recuerdo que me encanta mandar emails sobre coaching y trompa y que para recibirlos solo tienes que suscribirte a mi lista.
Es justo aquí: